lunes, 27 de junio de 2011

Para que lado miras???




 

EL BUITRE
     Si pones un buitre en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que este completamente abierto por la parte superior, esta ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que el buitre siempre comienza un vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros . Sin espacio para correr y poder desplegarse, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo..


EL MURCIÉLAGO
     El murciélago ordinario que vuela por todos lados durante la noche es una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se lo coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda dolorosamente, hasta que alcanza algún sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar a si mismo hacia el aire. Entonces, inmediatamente despega para volar 
 
 
LA ABEJA
     La abeja al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada de allí. Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo persiste tratando de encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo. Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que completamente se destruye a si misma.

LAS PERSONAS:
     En muchas formas, somos como el buitre, el murciélago y la abeja obrera. Lidiamos con nuestros problemas y frustraciones, sin nunca darnos cuenta que todo lo que tenemos que hacer es ver hacia arriba. Esa es la respuesta, la ruta de escape y la solución a cualquier problema. Solo mira hacia arriba!!.
LA TRISTEZA MIRA HACIA ATRÁS, LA PREOCUPACIÓN MIRA ALREDEDOR, LA DEPRESIÓN MIRA HACIA ABAJO, PERO LA FE ..... LA FE MIRA HACIA ARRIBA!!
                                          

viernes, 24 de junio de 2011

Obediencia o sentido común




Tenemos muy arraigado el concepto de obediencia, porque casi todos quienes somos adultos hoy, hemos sido criados en base al sometimiento a los deseos o necesidades de alguien más poderoso. El más débil obedece al más fuerte que emite órdenes sobre cómo vivir, comportarse, comer, dormir o relacionarse. Si hemos obedecido como corresponde a los mandatos de otros individuos -generalmente nuestros padres- es posible que nos hayamos acomodado desde muy pequeños a sus necesidades o su moral y por lo tanto hemos obtenido beneficios. El más importante es haber sido aceptados. Hasta ahí, las cuentas dan bien. Sin embargo, hay algo sutil que sucede mientras somos niños, que es imperceptible pero opera a cada instante, que es la pérdida de nuestro pulso básico mientras hacemos grandes esfuerzos para adaptarnos a la modalidad de los mayores. Se desvanece esa voz interior que nos guía y que nos hace únicos. Extraviamos la autenticidad para situarnos en este mundo, en armonía con “eso que somos”. Y así perdemos sin darnos cuenta, el sentido común, que en nuestra sociedad es el menos común de los sentidos. Nos quedamos sin esa brújula interna que nos alumbra para indicarnos lo que nos compete y lo que no, lo que nos hace bien o nos hace mal, lo que encaja con nuestra personalidad o lo que nos lastima. Después de años de esfuerzos para acomodarnos a aquello que les conviene a los demás, hemos dejado de ser convenientes para nosotros mismos. Entonces estamos en peligro. En primer lugar, porque nuestros padres -mientras no sean molestados- no registran que haya algún problema. En segundo lugar, porque el rencor, la soledad, la rabia y el desamor crecerán en nuestro interior, y alguna vez ese cúmulo de sensaciones negativas, explotarán. Desde el punto de vista de los adultos, imponemos a nuestros hijos obediencias desmedidas y alejadas del ser esencial de cada uno de ellos, perpetuando un desastre espiritual colectivo. Tengamos la humildad de no pretender que nadie nos obedezca. El único que debe ser obedecido, es el corazón.
Laura Gutman.

jueves, 23 de junio de 2011

El counseling, otra modalidad en alza 07/04/11


El counseling, una profesión de ayuda que asiste a las personas en momentos de crisis y cambio, también está creciendo en la Argentina. Los especialistas en la consultoría psicológica dicen que la gente busca resolver sus conflictos en un lapso más breve (los procesos duran de seis a doce meses) y de forma no tradicional, en vez de acudir a un psicoterapeuta.
Se estima en un 20% el aumento de las consultas y de la cantidad de estudiantes que eligen esta carrera, que dura tres años. Hay más de 20 instituciones donde se dicta, reconocidas por el Ministerio de Educación.
El counseling nació como disciplina en los Estados Unidos y en Europa hace más de 60 años. Hoy está en 35 países. A nuestro país llegó a fines de los ‘80 y la carrera fue reconocida oficialmente en 1992. Es una herramienta dirigida a asistir a personas que no tienen psicopatologías y que necesitan contención emocional en situaciones críticas, sin pretender interpretarla ni juzgarla. Son procesos breves en los que se prioriza lo inmediato más que el pasado.
“Se conoce a través del boca a boca. Entre los consultantes hay desde adolescentes hasta personas de la tercera edad. Vienen por crisis de separaciones, pérdidas de seres queridos, soledad”, señala Guillermo García Arias, director de Holos Capital, el primer instituto oficial de Counseling en el país. “Se centra en el sufrimiento humano normal, existencial, el que se genera por el hecho de vivir y transitar la vida”, concluye García Arias.